Nuestra toma de conciencia crea el camino que transitamos, crea el Universo en que vivimos.
Pisemos despacio, estemos atentos para no resbalar y sigamos adelante unidos por el corazón, con la mejor de las intenciones en nombre de la Madre Tierra de la humanidad y de todo el Universo.
Vamos creando la realidad según con los cristales que veamos las cosas.
En el amor profundo somos uno no hay separación rompiéndose así las barreras del espacio y el tiempo, quedando totalmente integrados en un único gran corazón.
Lo que genera una profunda paz y alegría interior.
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